1ª: ¿POR QUÉ SE PIERDE TANTO PESO AL COMENZAR LAS DIETAS?
Es imposible perder más de un kilo de grasa a la semana, aunque “vivamos dentro de una sauna”.
La gran reducción de peso originada en los primeros días de empezar una dieta, es producto de una pérdida de líquidos edematosos, es decir, agua retenida en el cuerpo por el exceso calórico y/o por la mala combinatoria de nutrientes.
Los hábitos alimenticios incorrectos favorecen los edemas, distribuyendo mal el agua en el cuerpo y acumulándola en exceso. Al empezar a hacer dieta, los líquidos corporales se redistribuyen correctamente y se elimina el sobrante.
En realidad se trata de un mecanismo de ajuste temporal que nada tiene que ver con quemar las grasas y, a medida que pasan los días, la pérdida de peso se “ralentiza” y empieza a costar seguir “adelgazando”. Conclusión: no confundáis agua con grasa.
2ª: LOS ALIMENTOS BAJOS EN CALORÍAS, ¿ME HACEN ADELGAZAR CORRECTAMENTE?
La respuesta es ¡no! Pesar la comida o contar las calorías no sirven para mucho. Lo importante es elegir bien la combinatoria de “macronutrientes”, es decir, proteínas, hidratos de carbono y grasas.
Pasarnos con los azúcares produce una secreción excesiva de insulina, cosa harto mala porque nos hace engordar, causa fatiga y favorece la retención de líquidos.
Además, toda comida o tentempié necesita incluir proteínas, que son necesarias para estimular la secreción de glucagón, la hormona que “equilibra” la insulina y favorece que se quemen las calorías almacenadas.
En cuanto a las grasas, también tienen que estar presentes, aunque en cantidades más moderadas, en todas las comidas que hagamos, sin olvidarnos de incluir aceite de oliva y ácidos grasos omega-3 que, como sabéis, abundan en el pescado azul y los frutos secos.
3ª: ¿LA SAL RETIENE LÍQUIDOS?
¡No señorit@! Lo que retiene líquidos es comer mal, y aquí es donde, si nos pasamos con la sal, retendremos todavía más.
En una dieta equilibrada, echar un poco de sal marina sin refinar a las comidas es rotundamente bueno para la salud por los minerales que aporta, como el yodo entre otros, reduciendo al mismo tiempo el contenido de cloruro sódico en relación a la sal refinada.
4ª: NO SE DEBE CENAR MUCHO
¡Es falso!, por dos motivos:
1º) porque no se debe comer mucho ni poco, sino lo que se necesite en ese momento. Hacer varias comidas equilibradas al día, ayuda a regular mejor el apetito y a estar satisfech@ antes. No se debe comer nunca más allá del punto de saciedad, porque favorece el “engorde” de una forma drástica y,
2º) depende de la actividad física que se practique porque, si ésta es intensa, se necesitará una cena “completa” para recargar los depósitos de glucógeno y sintetizar nuevas proteínas. He ahí la razón de que los deportistas pueden comer más y engordar menos: porque almacenan más glucógeno y menos grasa.
ROMPIENDO TÓPICOS
Los tres alimentos que más favorecen el peso ideal, manteniendo un metabolismo activo, son los huevos, los frutos secos y los pescados azules. Ellos potencian una parte del metabolismo, llamada “termogénesis”, que se encarga de disipar, en forma de calor, el exceso de calorías.
Pero ojo, esto tiene truco… ¡¡¡sólo funciona con una dieta baja en azúcares!!!
Santiago Carro – Nutricionista deportivo y preparador físico