En la actualidad, es cada vez más habitual que niveles plasmáticos insuficientes de vitamina D, o incluso deficiencia de la misma, se manifiesten en la población infantojuvenil española. Pese a que en España tenemos muchas más horas de sol en relación con otros países europeos, en nuestro país los niveles plasmáticos de 25-hidroxicolecalciferol (25-OH-D o calcifediol), aunque bajos, son similares a los descritos en Europa Central o Escandinavia.
La vitamina D juega un papel clave en la calidad de mineralización ósea durante la infancia y adolescencia. Concretamente, desempeña un papel crucial en la salud esquelética del adulto, dado que el 90% de la masa ósea se obtiene en los primeros 20 años de vida.
Los expertos proponen controles de vitamina D en grupos de riesgo
Del mismo modo, el mantener un nivel plasmático óptimo se ha asociado con varias funciones extraóseas, como pueden ser: regulación del desarrollo muscular y la contractilidad; disminución de la resistencia a la insulina; protección contra las infecciones por su modulación del sistema inmunitario que influye en la diferenciación y proliferación de los linfocitos T y B, en la maduración de las células dendríticas y en la activación de los macrófagos. A
Se están llevando a cabo distintos estudios que lo asocian con una función protectora en el cáncer de colon y con una disminución -sobre todo en adolescentes y jóvenes- del riesgo de desarrollar tumores malignos relacionados con cáncer de mama, cáncer colorrectal, próstata y páncreas en la edad adulta, así como otros tipos de neoplasias.
Se ha comprobado además que la vitamina D también podría ser un factor protector contra el desarrollo de alteraciones psiquiátricas (depresión y psicosis), especialmente en jóvenes.
Dada la importancia de la vitamina D en estas edades, los expertos proponen la necesidad de realizar controles en poblaciones de riesgo definiendo perfiles de pacientes en edad temprana. En este sentido, la población adolescente y joven es una diana privilegiada para establecer medidas de prevención a largo plazo con el fin de obtener un buen nivel de masa ósea.
En los casos en los que exista déficit de vitamina D en este grupo de edad, los expertos recomiendan: realizar una actividad física de forma más regular; aumentar en la dieta el consumo de pescados ricos en esta vitamina; exponerse al sol razonablemente y finalmente, si estos cambios de hábito no son suficientes para corregir el déficit, se recomienda tomar suplementos de vitamina D, generalmente con aporte adecuado de calcio.