Francisca decidió abandonar su oficio de peluquera y consolidar una idea que tenía en mente: levantar los pilares de Casa Cachadesa
Eduardo Santos Muñiz está al frente de Casa Cachadesa, situada en Avda. Bergantiños 19, Paiosaco, desde hace ocho años. «Pero la empresa tiene sus orígenes hace más de 40 años, cuando mi madre, Francisca, A Cachadesa, decidió abandonar su oficio de peluquera y consolidar una idea que tenía en mente. Esa idea consistía en montar una tienda de alimentación y auto-venta con reparto a domicilio», explica Eduardo, socio de ACSIL, Asociación de Comercio, Servicios e Industria de A Laracha.
¿Cómo evolucionó entonces el negocio?
En ese momento, y dado que nos dedicábamos también a la cría de porcino, decidimos promocionar más la carnicería. Con el tiempo incluimos la cría de ganado bovino y su posterior comercialización. Esto último es lo que más destaca de nuestro negocio. Tenemos un control absoluto sobre nuestras carnes, ya que como productores sabemos lo que ofrecemos a nuestros clientes.
Hablamos sin dudas de un comercio local familiar en A Laracha…
Si, porque según se fue incorporando la familia al negocio, creímos oportuno seguir diversificándonos. De ahí surgió la idea de abrir una tienda que incluyese comidas para llevar, comida de nuestra casa para la casa de nuestros clientes. Así nació Casa Cachadesa como se conoce actualmente. Está situada en la avenida Bergantiños de Paiosaco. Esta tienda, que regentamos mi mujer y yo, abrió como carnicería con supermercado, y un pequeño apartado de cocina. Con mucha ilusión hemos ido ampliando las propuestas para ofrecer una variada selección de comida preparada con mucho cariño en nuestros fogones. En cuanto a la carnicería, disponemos además de un obrador propio. Ello nos permite fabricar nuestros propios chorizos, tanto criollos como gallegos, además de morcillas, hamburguesas y chicharrones. Siempre siguiendo la receta tradicional.
¿Quiénes son los clientes habituales de Casa Cachadesa?
Nuestros clientes son mayoritariamente de proximidad. Aunque a veces nos sorprende gente que viene desde muy lejos a comprar nuestros productos tanto frescos como elaborados. Hablamos de un buen chuletón de vaca, churrasco, salpicón de rape o lacón asado. Entonces, te sientes orgulloso y dices ¡algo estaremos haciendo bien!
Siendo un comercio de primera necesidad, ¿cómo le afectó la situación sanitaria provocada por la pandemia?
Lo más difícil fue que no sabíamos cómo reaccionarían los clientes ante la alarma que se estaba creando. También nos creó incertidumbre el estar expuesto a la enfermedad. Pero nuestro sector, salvo matices muy particulares, no ha cambiado. Lo que sí creo es que los hábitos de la gente cambiaron durante el confinamiento. En la tienda subían las ventas, pero bajaban en la cocina, dado que la gente estaba en casa y disponía de más tiempo para cocinar. Y, además, no había reuniones familiares.
¿Cuáles son entonces los planes de cara al futuro?
En un futuro a corto plazo, continuaremos invirtiendo en todo lo necesario para seguir mejorando en los aspectos más importantes de un negocio familiar como el nuestro. Esto es, el servicio y la calidad de los productos que ofrecemos a nuestros clientes, tanto frescos como cocinados. Y, a largo plazo, aunque vivimos en un tiempo un poco incierto para hacer planes, creo que lo esencial es mantenerse a la vanguardia de las novedades en el sector y que ello influya, como decía, en la calidad del producto que vendemos. Teléfono 981 606107. Facebook – Avenida Bergantiños 19, Paiosaco, A Laracha.